AUXILIO! SOY UN ADOLESCENTE , ME SIENTO MAL Y NO SÉ QUÉ HACER ¡

 

 

Me llamo María, tengo 17 años y  me siento fatal.

Estoy gorda, tengo el pelo horrible, mis amigas son divinas, todas son flacas, y son populares.

Todo el mundo me mira mal en el colegio,  mi mejor amiga me dejó  y se unió al grupo de las más divinas NO entiendo por qué lo hizo si éramos mejores amigas de toda la vida.

 

Fuera de todo mi mamá me regaña por todo, todo lo que hago le parece mal, me pone problema para todo, dice que mis amigas son mala influencia para mi, para ella todo es peligroso, no me deja ir a reuniones, dice que no  me cree nada de lo que le digo, piensa que soy mentirosa, piensa que soy lo peor y  para ella solo existe mi hermano pequeño. Ella dice que  trato mal a mi hermanito y no se dá cuenta que es que él muy intenso y desesperante, también dice que la trato mal  a ella  pero es que quiere que le cuente todo y a mí no me nace hacerlo.

 

Me siento mal y no sé con quién hablar. Creo que necesito terapia.

 

AUXILIO SOY MAMÁ DE UNA ADOLESCENTE , ME SIENTO MAL Y NO SÉ QUE HACER!

Me llamo Carolina, tengo  41 años, tengo una  familia maravillosa , un buen esposo, un excelente trabajo pero no sé qué hacer con mi hija adolescente.

Yo siento que soy una buena mamá, siempre estoy pendiente de todo, le doy gusto en todo,  a ella no le falta nada, pero no valora lo que tiene.

Yo ya no sé qué hacer con ella, casi no me habla,  no me cuenta nada, tiene unas amigas que no me gustan nada, se ha vuelto mentirosa, ya no confío en ella.

Otra cosa es que trata muy mal al hermanito y dice que yo lo prefiero.. cuando realmente yo los quiero igual a los dos.

Me preocupa mucho mi hija porque ya no sé cómo tratarla para que esté bien... me da miedo con todo lo que pasa en el mundo . Yo sé que soy sobreprotectora, pero es que temo por ella. Ella piensa que no confío en ella pero en los que no confío es en los demás..... la verdad es que no sé qué hacer porque no la veo feliz y no sé cómo acercarme.

 

REFLEXIONES

La adolescencia es una etapa compleja para padres y para hijos. Una etapa complicada  de tránsito en la cual el adolescente busca una voz propia, una personalidad propia, unos amigos propios, un futuro   del cuál apropiarse y en el cual habitar con seguridad y sin temores.

 

En la adolescencia nada es lo que parece. Los jovencitos no muestran su depresión como lo hacemos los adultos, no expresan sus emociones, se aíslan, responden con monosílabos, se tornan distraídos, tímidos, muy  impositivos, muy sumisos, bajan su rendimiento académico, se vuelven rebeldes,  agresivos, pueden autolesionarse, pueden responder mal o ni siquiera responder.  Podemos pensar que todo lo que hacen es para molestarnos, no hacen caso de nada, olvidan todo, son desesperantes.

 

Si te das cuenta que tu hijo tiene cortadas en su cuerpo o cualquier otro signo por el cual sospeches que se está autolesionando, es urgente iniciar una terapia  de familia con un profesional calificado.

Las principales causas de autolesiones en un adolescente son: bullying escolar y dificultad en la comunicación con los padres o conflictiva familiar.

El bullying produce una profunda lesión en la autoestima y una depresión severa en las víctimas. Sus consecuencias emocionales pueden ser para toda la vida y es la raíz de la inseguridad, la depresión, la ansiedad, la dificultad para lograr objetivos académicos o laborales a largo plazo. También puede manifestarse con aislamiento, trastornos de alimentación o de conducta, conductas agresivas con hermanos pequeños o con animales, disminución del rendimiento académico, consumo de substancias, y puede llevar al suicidio.

La dificultad para comunicarse con los padres es la segunda causa de conductas autodestructivas. En la adolescencia es muy difícil encontrar la voz para comunicarse. Los jóvenes se sienten acorralados entre sus nuevos impulsos de libertad y las normas o las exigencias de sus padres. No tienen herramientas para enfrentar la rabia intensa que les provoca el no sentirse comprendidos y la forma inconsciente de expresarla es con autoagresiones o con conductas de alto riesgo.

En estos casos, la única manera de evitar que el adolescente continúe en un camino autodestructivo es la psicoterapia para él y la intervención para la familia. Al hacer algunos cambios en la dinámica de comunicación familiar se logran los cambios requeridos para evitar recaídas y para mejorar la armonía integral del entorno.